PROMESAS DE DIOS PARA HOY 30 ENERO 2016

A la luz de la resurrección de Jesús La resurrección de Jesús no es ni un mito, ni un sueño, tampoco es una visión, ni una utopía, sino un acontecimiento único y central en la historia de la humanidad. Su resurrección no sólo es un momento clave de la historia, sino también el comienzo de una condición nueva. Mediante su muerte y su resurrección, Jesús abrió un camino nuevo y vivo que conduce a Dios
 (Hebreos 10:20). 
 Jesús murió, su cuerpo fue bajado de la cruz y puesto en la tumba. Pero al tercer día salió victorioso, vivo. Los suyos lo comprobaron. Jesús resucitó, de manera que nosotros también, al creer en él, recibimos la vida eterna. Antes de ver a Jesús resucitado, los discípulos tenían miedo y estaban tristes, pero su resurrección los transformó. Creer en la resurrección de Jesús también cambia nuestro corazón. Si creemos en Jesús, quien murió por nuestros pecados y resucitó para justificarnos ante Dios, nacemos a una nueva vida. Jesús está vivo y nos da su Espíritu para que nuestros corazones estén llenos de amor, gozo y paz. Sí, el anuncio de la resurrección del Señor ilumina las zonas sombrías y temibles del más allá. La nada no es el final de la existencia humana. Al creer en Jesús descubrimos que el fin de todo no es la muerte y el juicio, sino una eternidad feliz en la presencia de nuestro Dios. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” 
 (Juan 8:12).





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