La mitología griega cuenta de “El caballo de Troya”. Aunque mítico, también se considera que sí existió realmente. El mismo era un artilugio con forma de enorme caballo de madera, usado en la historia de la Guerra de Troya por los griegos como estrategia para introducirse en la ciudad fortificada de Troya. Los troyanos lo tomaron como signo de su victoria y lo llevaron dentro de los gigantescos muros, sin saber que en su interior se ocultaban varios soldados enemigos. En la noche los guerreros salieron del caballo, mataron a los centinelas y abrieron las puertas de la ciudad para permitir la entrada del ejército griego, cosa que provocó la caída definitiva de Troya. En el mundo espiritual, los que andamos en la fe de Jesucristo también podemos ser víctimas de algún tipo de engaño para hacernos caer. Razón por la que el apóstol Pedro nos alerta, pues el engañador (el diablo) “anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar”; y para esto, de la misma manera como...