Estudio Salmo 26 y Video del 26,27,28

 

Estudiaremos el primer Salmo del título y solo algo breve del 27, que es un Salmo precioso comprendido en 14 versículos. En los cuales se resalta la confianza y gratitud al Señor, nombrándolo como Luz y salvación. La Biblia lo titula al Salmo 27:" Jehová es mi Luz y mi Salvación" este también pertenece a David, el siervo de Dios. Salmo 26 Que es una súplica basada en la justicia personal. En el Salmo 25, David estaba confesando sus pecados y, por cierto, David era un gran pecador. Pero en este Salmo, él estaba hablando de su rectitud y justicia propia. Yo no sé usted, pero yo tengo una justicia perfecta, pero no es mi propia justicia. Es que estoy unido a Cristo Jesús, a quién Dios ha hecho nuestra sabiduría, es decir, nuestra justificación, santificación y redención, (como dice 1 Corintios 1:30). De esa manera, al estar unido a Cristo estoy completo en El y aceptado por Dios. Esto es lo que significa orar a Dios en el nombre de Cristo. Es presentar Su obra, Sus méritos, y Su persona con nuestras peticiones. Leamos ahora los primeros dos versículos de este Salmo 26: "Júzgame, Señor, porque yo en integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová sin titubear. Examíname, Señor, y pruébame; escudriña mis íntimos pensamientos y mi corazón" Este es un Salmo que nos habla en realidad del andar de David, de su vida. David cometió un gran pecado, pero cabe destacar aquí que no continuó en el pecado. Lo que David hizo una vez, el rey de Babilonia lo hacía todos los días. El pecado de David se destacó como un trozo de carbón en un muñeco de nieve, porque el resto de la vida de David se destacó por su amor a Dios. Se convirtió en una norma para evaluar a los reyes que le siguieron. Cada uno de esos reyes fue juzgado en base a si había vivido siguiendo la conducta de su padre David o no. Si había seguido el ejemplo de David, era aceptado y proclamado como un buen rey. Y en este Salmo nos hace recordar mucho del primer Salmo. Recordemos como comienza: Júzgame, Señor, porque yo en integridad he andado; he confiado en el Señor sin titubear. Fue a causa de su fe en el Señor que David no se deslizó y cayó. No fue por ser fuerte, porque él sabía que no lo era, pero él sabía que cuando confiara en el Señor, el Señor le sostendría. Continuemos leyendo los versículos 3 al 5: "Porque tu misericordia está delante de mis ojos y ando en tu verdad. No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan simuladamente. Aborrecí la reunión de los malignos y con los impíos nunca me senté". Este Salmo es similar al Salmo 1 en contenido. David dijo: Y ando en tu verdad. Esta es una declaración positiva. El primer Salmo presentaba el lado negativo. Decía: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos (versículo 1). Es más, David afirmó que no convivía con los mentirosos ni se juntaba con los hipócritas, con los que actuaban con falsedad. Como el Salmo 1:1 decía, en otra versión: Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores, ni cultiva la amistad de los blasfemos. Continuemos leyendo el versículo 6: "Lavaré en inocencia mis manos, y así, Señor, andaré alrededor de tu altar" La fe de una persona necesita estar respaldada por una vida recta. Este salmo es muy importante en conexión con esta afirmación. Posiblemente esta sección de los Salmos no es tan popular porque enfatiza la necesidad de vivir una vida que agrade a Dios. "Mi pie ha estado en rectitud; en las congregaciones bendeciré al Señor" David dijo que su pie estaba en ese momento ahora en terreno firme, y conocía el terreno que pisaba. Estaba establecido sobre la roca, y el "terreno firme" nos habla de ella. Cuando uno se encuentra en terreno resbaladizo, tiende a caerse. Muchos cristianos se encuentran hoy en esa posición. Flirtean con el mal, con el pecado. Están jugando con el mal y se acercan mucho a él. Creen que pueden luchar contra la tentación acercándose a la tentación misma. Por eso es importante tener los pies apoyados en un terreno firme. En el libro de 2da. Samuel 22 se registra un cántico de liberación del rey David, compuesto en el día en que el Señor le había librado de todos sus enemigos y del rey Saúl. Sus palabras están relacionadas con nuestro tema de hoy. Dijo David: ¿Y qué Roca hay fuera de nuestro Dios? Dios es el que me ciñe de fuerza, quien despeja mi camino, quien hace mis pies como de ciervas y me sostiene firme en las alturas. Estimado oyente, en un mundo en el cual, en el ámbito espiritual y en la convivencia social, tenemos a veces, la impresión de estar transitando por arenas movedizas. Destacamos que el fundamento sólido para enfrentar esta vida y, después de ella, entrar en la vida eterna, es apoyarnos sobre el fundamento sólido del Señor Jesucristo. De Su obra de liberación en la cruz cuando murió por nuestros pecados. Y nosotros al ver aquella obra completa de Cristo en la redención podemos también engrandecer el nombre de Dios porque, como bien dijera Moisés en su canción del Deuteronomio: El es la Roca, cuya obra es perfecta.

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